4.5.19

Golondrinas

¿Es esta vida un río?
¿O estamos parados al borde del río?
De un río sin orillas
¿O es más bien un viento?
Sin bordes
Sin cauce
Sin una dirección

¿Y si metemos un piecito en el río?
Una uña
Ya somos río
Y somos piedra
Y estamos aquí en el agua

¿Pero es agua?
¿O es aire?
Un aire seco
Sin agua
Que en nuestra boca entra
y deja dientes secos
Como piedras

Y la pregunta
Que surge loca
Fuerte
Parados en el borde:
¿Es esta vida un río?
¿O es esta vida un viento?
¿O es una bandada de golondrinas en la tarde?


23.4.19

Agua

¿Queda algo aquí?
Algo queda
No sé bien qué queda
En las manos
En los puños
Entre carnes, fibras
Entre huesos, polvo
Entre sangre, lodo
Queda un agua
Nada más
Al fondo del pozo
Queda un agua
Que se va
De a poco


16.4.19

Cómo era antes la alegría

Ya pasó un tiempo.
Pequeño un tiempo que pasó.
De dar cuerda al reloj
y ver salir del surco las agujas.
De poder volver a respirar
y salir a ver la vida en las orillas.

Un tiempo pasó y fue corto.
Más vale un tiempo en carne.
Una vuelta a la manzana en zapatillas.
Los bloques van cayendo y se acomodan,
levantan los tapiales de la mente.
Los párpados.

Un sueño y un menjunje de dolores,
adentro,
y ver cómo era antes la alegría,
pintada con colores que cayeron,
que vuelven hoy en aire y en poesía.


27.11.16

Dios

Ha vuelto dios al mundo
en un momento adecuado
te busca
nos busca
es un dios enorme
tiene dos formas

De niño, el dios fue Dios
ya de niño
no comprendió el mundo
ese mundo que creó
De niño, el dios no entendió la luz de la madrugada,
de la madrugada y sus pájaros
No entendió el cielo y sus pájaros
no entendió su creación

Quedó solo y comprendió ser Dios
fue pequeño, de niño, y fue todo
fue todo lo que hubo
de niño

Dos formas de ser Dios
tuvo dos formas
una, pensada
una, de sangre, agua, vida, luz, amor
Dos formas

Hoy, ya hay un mundo,
Dios lo mira
Hoy ha crecido el mundo
lo mira
Hoy es Dios poco
y ha vuelto
Hoy Dios corre una cortina
apenas
y nos mira
Es un Dios enorme
fluye pensado
fluye de sangre
de vida
y en ese fluir es todo.


28.9.13

Despacio, mujer


Mujer, te llamo muñeca, por bella e inútil.
Mujer, te llamo tesoro, por propia y valiosa.
Mujer, te llamo cosita, por alma de objeto.
Mujer, te llamo ternura, por carne y contacto.
Mujer, te llamo mi cielo, por alta, inabarcable.

Despacio, mujer, no avances.
Despacio, ¡la aspiradora!
Cursitos de vaguedades, las tardes que hablan de modas.
Despacio, mujer, tu caja,
Es ésta, tu casa llena.

No quieras ya ser, mujer,
No quieras, por más que puedas.
El mundo te pinta el rostro,
Te da las alhajas laxas,
Te pide que ocupes sombras.

Despacio mujer, ¡y al sitio!
Que el mundo te adjudica.
No quieras ser más humana,
Dejar las formas barrocas,
dejar de ser mi muñeca.

15.1.12

Uno, dos


Un mar ocupa la mente,
de fuerza desatada.
No encuentro el momento de volver.
Hay un amor por los aires.
Mil amor vuela.
Conozco el temblor súbito.
El aliento entrecortado.
La pérdida de foco.
El ruido de trenes en la cabeza.
Sucede cada tanto. Uno, dos.

Nos alimentamos de pollo muerto
y compu.
Poquito para el cuerpo.
Un pajarito y nada más.

Pero el amor, pájaro, ese amor mil, vuela.

Comprendo el movimiento.
Rota.
Una sola vez estamos vivos.
Y el movimiento rota.
Pobre de aquel, soy yo, que de pequeño y nunca sabe dónde está.

Es un círculo de metal esta vida donde todo sale porque tiene que salir.
Y no es casualidad y mucho menos descuido.
Es la vida lo que va saliendo, minuto a minuto, de los ojos.
Es la vida todo, poco, esto.
Renuncio al carro de la calecita y a ser el pétit cromado que rota.


9.1.12

Tokio

No te entiendo. Vaga letra fija toma sustancia en un lenguaje incomprensible.
Tokio. Letra que es todo. Sueño y figura. Letra que es carne. Idea y pintura.
Tokio, la incomprensible. Tokio que es todo.


Llevo pocos años en tu geometría. Entro y camino por tus bordes. El jugo antiguo surge en tus calles y forma las piedras del edificio. Las autopistas te acuchillan, aplastan tus puentes en la ribera sellada. Y aquellos muertos, solitarios, millones de muertos que te vieron, dan su jugo a las piedras para elevar el edificio.

Y todo crece. Todo es ahora. De ese jugo antiguo, impulso de las piedras, nace hoy todo. De todo lo que fue se forma Tokio incomprensible. Tus muertos se reflejan en el vidrio y suben.

Quizás por haber recién llegado, ya vivo y no muerto, a tu geometría, es que mi cuerpo no llega a ser el cuerpo de tus piedras. Quizás esta belleza incomprensible deba quedarse en mis ojos sin entrar. Camino tus bordes, Tokio, que marcan la forma de tus calles, sin entrar.

Es tu ruido para el sordo. Y es tu luz para el que no ve. Tu suelo es para quien no camina. Es todo lo que das para el que no puede comprender.

Algo se aprende, Tokio, al contemplarte: tu piedra es pulso vivo de tus muertos. Tu forma crece tomando el jugo que dejan ellos al caer.